Por: Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo
Si bien en los últimos años se registró en gran parte del territorio nacional disminución de las lluvias estacionales, no justifica que el problema de escasez de agua para los diferentes usos en el país –incluidos los elementales de consumo humano— será más complejo de lo que supone el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, “por haber omitido crear políticas públicas en esta materia”. Dejará un “boquete” prácticamente imposible de resolver “en el breve espacio de seis meses, cuando el verdadero problema aflore”.
En entrevista, el abogado y doctor por la UNAM Ernesto Enríquez Rubio, con gran experiencia en el sector público de Agricultura, Ganadería y Recursos Hidráulicos, en las Secretarías de Salud y del Trabajo, así como en el Sistema Bancario del país, señaló que la escasez de lluvias es un proceso cíclico que se presenta entre 22 y 25 veces en un siglo.
“Lo muy importante, afirmó, es emprender políticas públicas para evitar daños a las actividades agrícolas, ganaderas, conservación de bosques y selvas, pero, sobre todo, “evitar que las ciudades, las comunidades y poblaciones apartadas, enfrenten suspensiones en la distribución de agua potable para consumo humano, para la industria y múltiples servicios”.
Explicó que actualmente se presenta el fenómeno de la sequía en tres formas: la sequía meteorológica, que se refiere a la falta o escasez de lluvias en casi todo el país, pero con intensidad en diversas regiones. Puso como ejemplo la zona Centro-Norte del Golfo de México, donde normalmente llueve promedios de 850 milímetros al año, en los últimos tres solamente se ha llegado a un nivel de 450 milímetros.
¿Qué consecuencias tiene este fenómeno?: “Dos directas e inmediatas. En la producción agrícola, porque no hay agua para los cultivos. Los rendimientos pueden ser de cero, o muy pequeños. La ganadería se afecta por la falta de pastura para los animales y para su consumo directo. Esto es lo que se llama sequía meteorológica. No ha llovido bien en más del 60 por ciento del país.
“Después, viene una segunda sequía: la hidro-meteorológica, que es en donde no llovió en los volúmenes necesarios, pero ya con un rezago de lluvias de ciclos anteriores. Entonces, no es que no haya llovido, es que los arroyos y aguajes, ya no conducen agua.
“Y la sequía más grave, que es la extrema. Es cuando estamos frente a una sequía hidro-meteorológica. Es decir, las aguas extraídas del subsuelo, ya se agotaron. Simplemente no hay agua subterránea.
“Se requiere de una gran resiliencia. Es decir, traer agua en pipas, en tanques o en botes… Esto, cuando hay agua. El problema es donde ya no hay agua: no hay agua arriba, de lluvia, no hay en la superficie por escurrimientos, no hay en el subsuelo. Quiere decir que estamos en situaciones críticas.
El principal consumidor de agua en México, es la agricultura. El 75 por ciento del agua en el país, es para uso agrícola y ganadero. Sin embargo, por falta de tecnologías apropiadas e inversiones, el 40 por ciento del agua se pierde en su conducción y distribución. Hasta finales de la década de 1990, hubo en México una política pública clara para mejorar la eficiencia en el uso del agua.
“Eso se ha venido deteriorando y no se han asignado suficientes recursos. Es decir, la primera medida para poder llevar o tener más agua de la que tenemos, es evitar que se desperdicie. Como segundo punto, en los municipios, proveer de agua potable a la población, el 40 por ciento se va en fugas de agua. En esto, todos los sectores –el gobierno principalmente— no estamos haciendo nada.
“Entonces, tiramos agua en el campo, por el 40 por ciento, tiramos agua en las ciudades y zonas urbanas, en el 40 por ciento, significa que nos falta una cantidad de agua muy importante.
Hace falta una política pública en la que el gobierno invierta… Simplemente no existe una política así.
“Y esto no es un tema ideológico ni de contenido político. Es un tema de políticas públicas. En los últimos años, la política pública hacia el agua, ha sido inversamente proporcional a su magnitud.
DISMINUCIÓN CONSISTENTE EN ASIGNACIÓN DE RECURSOS FISCALES
“Los recursos fiscales de la Comisión Nacional del Agua en 2016, han disminuido a la mitad, comparados con el ejercicio fiscal de 2024. ¿Se sabe cuántas concesiones de agua se han autorizado en el país? Existen 472 mil concesiones de agua a nivel nacional, cuya gestión y administración compete al Gobierno Federal.
“¿Cuántos inspectores tiene la Comisión Nacional del Agua? Actualmente trabajan 142 para atender 472 mil concesiones, las cuales se vencen en los próximos cinco años. Esas concesiones se han otorgado en zonas de abatimiento del acuífero.
“Ahora viene una iniciativa demagógica populista. Es una iniciativa que se encuentra ahora en el Congreso, que dice que no se otorgarán nuevas concesiones en zonas críticas, y las que existan, se respetarán, constitucionalmente. Lo que no dice esa iniciativa, es qué va a pasar cuando se venzan. ¿Al vencerse, caen en el supuesto de que son nuevas? O la renovación cae en el supuesto de existencia. Porque si caemos en el supuesto de que son nuevas, vamos a tener un problema de Seguridad Nacional en el país.
NOTA: En una segunda parte de esta entrevista, se analizarán los temas de Seguridad Nacional en materia de agua, y la necesidad de México por importar mayor cantidad de granos alimenticios.