El Laboratorio de Bromatología de la Universidad de Monterrey prepara un proyecto para evaluar la calidad nutrimental de alimentos de empresas que buscan alternativas de reformulación de sus productos para poder desechar los sellos que indican que hay un exceso de algún nutriente crítico.
La certificadora Perry Johnson Registrars renovó la certificación del sistema de gestión de la calidad de este espacio de investigación de la UDEM con el ISO 9001:2015, en el periodo que va del 19 de septiembre de 2023 al 11 de agosto de 2026, después de la primera certificación que recibió de 2020 a 2023.
El alcance de la certificación incluye la determinación de cenizas, grasas, humedad, humedad en alimentos por tratamientos térmicos y de proteína de alimentos secos, informó Edith Espinoza Páez, directora de la Licenciatura en Nutrición de la UDEM.
“Esta certificación acredita que los procesos que se están haciendo en el Laboratorio de Bromatología son de calidad y que los resultados que se obtienen son confiables”, apuntó.
Actualmente, este espacio universitario es utilizado principalmente por el alumnado de la Escuela de Ciencias Aliadas de la Salud ‒cuyo decano es Hiram Cantú Campus‒, en la materia de Análisis químico de alimentos, donde las y los alumnos de la Licenciatura en Nutrición llevan la materia de Análisis químico de alimentos, y experimentan con estas técnicas a través de los equipos disponibles.
La catedrática mencionó que las y los alumnos también trabajan en Proyectos de Evaluación Final (PEF) a partir de los proyectos de investigación de los profesores en obtención de ingredientes o desarrollo de productos, en donde ellos desarrollan el producto y analizan las características del producto.
“El Laboratorio de Bromatología da servicio académico principalmente, aunque estamos en un proyecto de ofrecer servicios al exterior”, aclaró.
Karla Itzel Sandoval Castillo, responsable del Laboratorio de Bromatología, señaló que la orientación de algunos proyectos de investigación se enfocan en poder ofrecer ingredientes y alimentos funcionales o más saludable para dar alternativas a la industria alimentaria, porque se está viendo obligada a buscar alternativas de reformulación de sus productos para que no aparezcan todos sus productos con estos sellos que indican que hay un exceso de algún nutriente crítico.
Actualmente, el alumnado de la Licenciatura en Nutrición cuenta con un proyecto con la planta procesadora del Banco de Alimentos, integrado a la Estrategia Hambre Cero, donde los estudiantes están analizando los productos que se elaboran en la planta para comprobar la etiqueta nutrimental que ellos desarrollan de forma teórica.
Espinoza Páez explicó que la validación del etiquetado nutrimental de muchos alimentos es posible gracias a estudios realizados en espacios como el Laboratorio de Bromatología de la UDEM.
“Uno puede obtener un etiquetado nutrimental con la cantidad de nutrientes que hay en cada ingrediente, pero el procesado del alimento, el calor o lo horneado modifica esa composición”, advirtió.
Entre el equipamiento con que cuenta este laboratorio, la profesora de la UDEM destacó incubadoras que se utilizan para los procesos de fermentación, como, por ejemplo, con hongos comestibles y con otro tipo de microorganismos para poder obtener ingredientes funcionales.