Después de que en la Comisión de Legislación se presentó un dictamen para aprobar reformas al Código Civil sobre el orden de los apellidos en los menores, la diputada Iraís Reyes de Movimiento Ciudadano calificó esta iniciativa de “machista” por diversas obligaciones que se establecen en el dictamen.
La reforma plantea, entre otras cosas, que los padres de común acuerdo determinarán al momento de su matrimonio el orden de los apellidos de sus hijos y, en caso de no llegar a un acuerdo, prevalecerá en primer lugar el apellido del padre.
“Desde el momento en que se pide que los padres al contraer matrimonio, tengan que determinar de manera anticipada el orden de los apellidos, parece que estamos regresando a 1970 donde el fin del matrimonio es la procreación de la especie, ya que no todos los matrimonios tendrán necesariamente hijos o hijas”, expresó la diputada durante la Comisión.
“Coincidimos con algunos de los cambios (de la reforma), sin embargo, es machista porque dice que en caso de no existir acuerdo, respecto del orden que debe seguir el apellido de los hijos o hijas, se asentará como primer apellido el del padre y como segundo apellido el de la madre. ¿Por qué el hombre, de nueva cuenta, en caso de que no haya un acuerdo, sigue prevaleciendo su derecho sobre el derecho de la mujer y de la madre, si ambos son iguales? No digo que se le dé preferencia a la madre, pero de nueva cuenta lleva mano el apellido del padre”, dijo.
La diputada propuso como método para determinar el orden de los apellidos en caso de un desacuerdo entre los progenitores, la insaculación por parte del Juez del Registro Civil, sin embargo, dicha propuesta fue rechazada por la mayoría de los integrantes de la Comisión.
“Así, la suerte determinaría qué apellido quedaría primero. Cuántas mujeres que sufren violencia en sus hogares, el esposo va a decidir el orden de apellidos y, peor aún, en caso de conflicto, la ley le va a dar mayor valor al hombre”, manifestó Reyes.
Por su parte la diputada Sandra Pámanes propuso armonizar la redacción y que se incluyera la palabra progenitores, en lugar de padres y madres, además de facilitar el cambio de nombres y apellidos cuando la persona adquiera la mayoría de edad, tal y como se señalaba en una de las iniciativas objeto del dictamen.
“Al llegar a la mayoría de edad, el registrado podrá solicitar el nombre o los apellidos que le fueren impuestos, ya sea en cuanto al orden de éstos, o en caso, pedir la sustitución de uno de éstos”, propuso la diputada Pámanes. No obstante, la propuesta fue rechazada por la mayoría de los integrantes de la Comisión.