“Una cosa es leer la teoría en los libros y otra es poder aplicarla en el cuidado de un paciente, de un ser humano. Eso es lo que pude hacer aquí”, aseveró Adrián Solís Angulo, estudiante del séptimo semestre de Médico Cirujano Partero de la Universidad de Monterrey.
Se le cuestionó acerca de su experiencia en el semestre Primavera 2023, cuando cursó la asignatura Gerontología con la modalidad Aprendizaje en el Servicio. Dicha metodología une la enseñanza con el apoyo a la comunidad: las y los alumnos llevan los conocimientos adquiridos en el aula a una aplicación encaminada a atender la necesidad de alguna población.
En el caso de la materia de Adrián, la docente Marcela Cantú Moreno les presentó un reto: “en gerontología vemos el cuidado, las valoraciones apropiadas y los trastornos más frecuentes de los adultos mayores, que son una población considerada vulnerable”, explicó.
“El DIF San Pedro nos abrió las puertas y nos dijo que detectó que había abuelitos que no tenían los medios para transportarse a las instalaciones del municipio para recibir la atención y la ayuda que necesitaban”.
¿La solución? Organizar a las y los estudiantes en grupos para que, junto con personal del organismo gubernamental, llevaran a cabo visitas a domicilio. En total, 165 alumnos beneficiaron a 85 adultos mayores.
“Ellos revisaban al abuelo, preparaban una historia clínica y aplicaban escalas para evaluar el bienestar físico, cognitivo y emocional (del paciente). Después, subieron esta información a una plataforma y la reportamos al DIF”, mencionó la profesora.
“Encontramos cosas muy interesantes: detectamos polifarmacia, que es el consumo de muchos medicamentos sin supervisión médica. Detectamos cuidadores de la tercera edad sin acceso a servicios de salud y trastornos depresivos. E incluso abuelos con úlceras por postración. Nuestra alianza con el DIF continúa para buscar estrategias que ayuden a estos casos”.
Adrián relató lo que experimentó en su visita: aplicó la evaluación geriátrica integral. Primero, tomó la historia clínica y realizó una exploración física de pies a cabeza. Después, evaluó las capacidades cognitivas y el estado emocional del paciente.
“Preguntamos quién era su cuidador, si estaba diagnosticado con alguna enfermedad como diabetes o hipertensión, preguntamos qué medicamentos toman y con qué frecuencia. Exploramos sus oídos, revisamos sus ojos, y en algunos detectamos las conocidas cataratas”, dijo el estudiante.
“También hicimos una valoración nutricional y vimos el impacto de todo esto en la vida del adulto mayor. Imagina a un abuelito con problemas de audición y aparte con catarata que no tiene cuidador y se tiene que levantar en la noche para ir al baño. Eso es un potencial riesgo que necesita ser atendido”.
Su compañera Meredith Fernanda Ríos Torres concordó: “a lo largo de la carrera nos enseñan a cómo comunicarnos, a tener una buena relación médico-paciente y eso lo vimos aquí. No vienes a dar un medicamento y adiós. Vienes a platicar cómo está, a ser empático”, afirmó la alumna que, como Adrián, cursa el séptimo semestre de Médico Cirujano Partero.
“A mí me gustó pasar tiempo con la señora que me asignaron. Aprendí sobre su estado de salud y su dinámica familiar. Me gustó que no vemos enfermedades, vemos caras, vemos y atendemos a personas. Esta carrera te abre a todo el espectro del ser humano”.
MEDICINA CON SENTIDO HUMANO
Aparte de la base de conocimientos científicos e investigación, a las y los estudiantes de Médico Cirujano Partero de la UDEM les inculcan una ética profesional y habilidades de relación médico-paciente que posibiliten brindar atención médica compasiva, indicó Nelly Pacheco Álvarez, directora de dicho programa académico.
“La aplicación práctica de los conocimientos también es de suma importancia en el plan de estudios de la UDEM” agregó. “La UDEM busca que sus estudiantes adquieran experiencia clínica, tomen decisiones basadas en evidencia científica y desarrollen habilidades prácticas para brindar un cuidado de alta calidad a sus pacientes.
“En resumen, la UDEM busca formar médicos generales que no solo sean expertos en su campo, sino que también sean personas éticas, comprometidas con el servicio a la comunidad y que reflejen los valores institucionales de la universidad. La aplicación de la ciencia médica en el servicio es un componente fundamental de esta formación integral”.