Las andanzas y la travesía de una perrita que viaja al pasado para ponerse frente a frente con la cultura mexica es el relato con el que se va recreando, con un rigor histórico, el pasado prehispánico en la novela Xolita en el Templo Mayor.
El libro, escrito a cuatro manos por la historiadora María Isabel Grañén Porrúa y su hija María Isabel Harp Grañén, “Mira”, de 14 años, fue presentado por las autoras al mediodía de este jueves, en las salas 5 y 6 del Nivel B de Estoa, en la Universidad de Monterrey.
La presentación se realizó de una forma dinámica, haciendo interactuar a las y los asistentes, teniendo como público a miembros del Consejo de la UDEM, directivos, alumnas y alumnos de diferentes programas académicos.
Mira desarrolló la historia como parte de un trabajo escolar cuando tenía 11 años y, con la ayuda de su mamá, la narración se fue fortaleciendo con datos verídicos de la historia.
“Surgió en una visita al templo mayor, para hacer una presentación en la escuela; cuando la presentamos, hicimos todo muy dinámico, jugamos con mis compañeros; al final, hasta actuamos un sacrificio”, relató.
“Nos empezamos a dar cuenta de que, en la escuela, nos enseñan la historia de una manera muy rígida, nos hacen memorizar las fechas, los nombres para el examen y, después, se nos olvida; entonces, quisimos escribir una novela en la cual cualquier persona, desde niños hasta adultos, puedan familiarizarse con la historia, pero de una manera más divertida”, explicó.
En esta experiencia lúdica, Mira tuvo la oportunidad de conocer más la historia y de escribir sobre temas que siente muy cercanos a ella: “vivimos en Oaxaca, tenemos la cultura muy cerca; yo siento la historia muy cerca, (la historia) no es algo que pasó, sino que es algo que sigue pasando y se sigue viendo y se sigue haciendo”.
Grañén Porrúa, por su parte, afirmó que, “en Oaxaca, Mesoamérica está viva y creo que, en mucho de México, sigue Mesoamérica viva”.
La historiadora comentó que, al principio, Xolita en el Templo Mayor era un cuento, que luego fue creciendo cada vez más hasta convertirse en una novela; incluso, llegaron a tener un círculo de lecturas con jóvenes y, luego, con mamás.
“Es una novela que tiene mucho contenido histórico y María Isabel, que le fascina la literatura, quería contarlo de una manera muy atractiva”, expuso.
Para la presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú en Oaxaca la escritura de este libro ha representado una de sus mejores experiencias en su vida, porque implicó una comunicación muy intensa con su hija y ambas descubrieron diferentes aspectos una de la otra.
“Era identificarnos también con nuestra herida cotidiana y el pasado, acercarnos a la historia, ahí está el reto”, señaló.