Nuevo León tiene prácticamente un año enfrascado en una confrontación política entre los poderes ejecutivo y legislativo que amenaza el avance del estado, afectando la atención que merecen las problemáticas que aquejan a la comunidad regiomontana.
Compartimos la preocupación de la comunidad que desea que su calidad de vida no se vea perjudicada a raíz del desgaste en debates poco productivos entre los poderes de gobierno, que están muy lejos de aportar para resolver los grandes retos que enfrenta el estado como lo son la seguridad y la movilidad.
La ciudadanía espera de sus servidores públicos acciones en función a lo que conviene al estado y sus habitantes, trabajando a través del fortalecimiento y no el debilitamiento de las instituciones para aprovechar de mejor manera las oportunidades que tiene el estado en este momento.
Es por ello que los organismos firmantes exigimos a los servidores públicos electos, a quienes la ciudadanía entregó la facultad de ejercer actos de autoridad en su nombre, que hagan un uso responsable y con conciencia de este poder.
Nuevo León vive una oportunidad histórica de crecimiento, que no se podrá concretar si no colaboramos todos y todas en resolver las grandes problemáticas antes mencionadas, y si no tenemos la madurez, voluntad y capacidad, anteponiendo los intereses colectivos sobre cualquier otro.
Exhortamos a los poderes públicos a escuchar de manera atenta a la ciudadanía, y propiciar las condiciones idóneas para mejorar su calidad de vida, con el propósito de atender las necesidades más apremiantes del estado.
Actualmente estamos creciendo, generando empleo y mejores oportunidades para el estado, pero el potencial es menor a lo que se lograría si en cambio, todos trabajamos en el mismo sentido.