A abrazar lo que les apasiona, a crear vínculos con sus pacientes y a cambiar la vida de alguien fue el llamado que se hizo a las y los 744 egresados de la Generación 2024 de Especialidades Médicas de la Universidad de Monterrey.
La graduación de las y los médicos de las diferentes disciplinas se realizó durante este viernes, en un domo instalado en los jardines de El Solar, en el campus de la UDEM, donde se realizaron tres ceremonias académicas durante el día.
Las ceremonias de graduación estuvieron encabezadas por Lilia García Rodríguez, vicerrectora de Ciencias de la Salud de la UDEM; Jorge Luis García Macías, decano de la Escuela de Medicina de la UDEM; Joan Stephanie Celis Jasso, directora de los Programas Académicos de Especialidades Médicas; y, como orador huésped, Terrie G. Flatt, profesor asociado de Pediatría en la University of Missouri-Kansas City School of Medicine.
También estuvieron presentes en el presidium, en diferentes momentos, Raúl Garza Bulnes, director médico de Christus Muguerza Hospital Conchita; Salvador Gómez García, titular de la Jefatura de los Servicios de Prestaciones Médicas del IMSS; Nidya Contreras Segovia, subdelegada del ISSSTE Delegación Nuevo León; César Sandoval Leal, secretario técnico de la Dirección General de Servicios de Salud, en representación de Alma Rosa Marroquín, secretaria de Salud de Nuevo León; Guillermo Sahagún Sánchez, director general de la Unidad Médica de Especialidades Número 34; Jesús Alberto Garza Rodríguez, director de la División de Educación e Investigación en Salud; y directores de programas académicos de la UDEM.
Las y los médicos se graduaron de diversas especialidades, como Anestesiología, Calidad de la Atención Clínica, Cardiología, Ginecología y Obstetricia, Imagenología Diagnóstica y Terapéutica, Medicina del Enfermo Pediátrico en Estado Crítico, Neonatología, Patología Clínica, Pediatría y Traumatología y Ortopedia, entre otras.
Además de las y los especialistas mexicanos, la generación que se graduó estuvo integrada por alumnos de Colombia y Honduras.
En su mensaje a las y los graduandos, Flatt estableció que existe el médico que solo trata la enfermedad y el médico que trata al paciente con la enfermedad.
“Les puedo decir que tratar la enfermedad tiene menos dudas, menos riesgos, menos entrega y mucho menos corazón; yo fui este tipo de oncólogo por varios años, por el miedo de cometer un error y mi falta de experiencia, más allá de los libros”, reconoció.
Flatt exhortó a las y los nuevos especialistas a tener un impacto positivo en las personas que los rodean, ya que cada día tienen en sus manos la oportunidad de impactar la vida de sus pacientes y también la de sus seres queridos: “el impacto es permanente, sea cual sea el resultado”.
El oncólogo estadounidense los convocó a ser expertos en su oficio, lo cual requiere de disciplina y de aprender tanto de los fracasos como de los éxitos; a veces, según señaló, el experto no tiene respuesta ni solución, y esto requiere de humildad para reconocer lo que no se sabe.
Flatt recordó la popular expresión: “eres más mexicano que un nopal”, para afirmar que este vegetal ofrece una gran lección, ya que es sobreviviente de sequías infinitas, del calor intolerable o, de repente, de una nevada; es sobreviviente de cambios abruptos y de incertidumbre; da comida, jugo y sombra.
“El médico que trata al paciente es como el nopal: da mucho más de lo que recibe con su conocimiento, compasión, empatía y el acto de escuchar; es una importante lección: cuando el mundo me está cayendo encima y los pacientes tienen cada posible complicación, mi lema es: soy nopal y sobrevivo al día”, sentenció.
“Hagan lo que les apasione; sean humildes; convivan con sus pacientes y no tengan miedo de crear vínculos; cambien la vida de alguien y, cuando se sientan vencidos, ¡sean nopales!”, aconsejó.
García Rodríguez, quien dirigió el Rito de Cambio de Borla, hizo un recuento de la travesía realizada como estudiantes por quienes han atravesado no solo hospitales, consultorios y salas de aprendizaje, sino también momentos de incertidumbre, desafíos y sacrificios.
“La medicina no es solo una ciencia, es un llamado profundo a la humanidad, una dedicación a aliviar el sufrimiento y brindar esperanza en los momentos más oscuros”, subrayó.
La vicerrectora instó a que nunca pierdan de vista el impacto que tienen en las vidas de las personas, recordando siempre la importancia de la compasión y la empatía en su práctica diaria.
“La medicina es un arte y una ciencia, y su éxito depende no solo de su conocimiento técnico, sino también de su capacidad para conectar con sus pacientes a un nivel humano”, sostuvo.
Previo a cada una de las ceremonias académicas, se realizó un momento de oración para bendecir a esta generación de especialistas, oficiadas por fray Salvador Zamora Vázquez, fray Sergio González Galarza y padre Carlos Aldair Gallegos Rochin, respectivamente.