Considerado área natural protegida desde 1991, el cerro es rico en vegetación riparia y matorrales submontanos, además de ser hogar de 200 especies de aves, 49 ejemplares de anfibios y reptiles y 25 especies de mamíferos.
Concientizar a la gente mediante la educación ambiental para respetar y conservar al Cerro de la Silla, es el llamado que hace el investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León Juan Antonio García Salas.
El especialista en ecología y manejo de vida silvestre detalla que desde 2001, en que estudian a este emblema natural de Nuevo León, han encontrado ciertas amenazas hacia el interior y el exterior del Cerro, como la realización de un turismo desordenado, la extracción de especies de plantas, animales y peces y la creciente urbanización a sus alrededores.
“Considero que debemos cuidar al Cerro porque, primero, nos da identidad. Segundo, desde el punto de vista biológico, es diverso y es muy importante el conservarlo. Y tercero, se debe crear conciencia en la gente mediante la educación ambiental para que respete su proceso natural y no lo altere”, recalca.
El también profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL aclara que conservar un ecosistema natural no es dejarlo y esperar a que siga igual dentro de 20 años, sino que este tipo de espacios pasa por un proceso denominado sucesión, es decir, que con el tiempo va cambiando su flora y fauna.
“Todo esto es muy interesante, porque debemos aceptar la sucesión como un proceso natural y no tratar de conservarlo como nosotros lo vimos desde la primera vez. Claro que, al cuidado y conservación, se le suma el no tirar basura cuando se le visita, realizar un turismo ordenado y respetar la flora y fauna que ahí habita”, señala García Salas.
De acuerdo con información de Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL, en el Cerro de La Silla se encuentra vegetación riparia, que es la que se ubica a orillas de los arroyos; matorrales submontanos, que son plantas con espinas; y un bosque de encinos en la parte alta.
Mientras que de fauna han hallado casi 200 especies de aves, 49 ejemplares de anfibios y reptiles y 25 especies de mamíferos.
Toda la flora y fauna anteriormente mencionada permite que este ecosistema natural sea relevante para la regulación de la temperatura, la captación de agua, la producción de oxígeno y la captura de carbono, así como el desarrollo de procesos de polinización y dispersión de semillas.
Aislamiento del Cerro
De acuerdo con el investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León Juan Antonio García, el construir casas en los alrededores del Cerro de La Silla está ocasionando que lo aíslen de todo el ecosistema natural que lo comprende.
“En cuanto al problema de la urbanización, el efecto más importante es que al Cerro lo están aislando, ya que este está conectado con las sierras y, al estarse poblando de gente y casas, los animales no pueden moverse en su entorno natural. A esto le llamamos una isla biogeográfica, que es un espacio totalmente separado de su entorno natural por otro diferente, que en este caso es el urbano”, explica.
Cerro de la Silla
· Ubicado en Guadalupe, Monterrey y Juárez, Nuevo León.
· Superficie total: 6 mil 039 hectáreas.
· La superficie comprende flora, fauna, lagos de agua dulce, ríos y cuerpos de agua.
· En 1991 se decretó como área natural protegida en la categoría de monumento natural.
*Fuente: Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP)